El acoso escolar o bullying es toda agresión de uno o varios estudiantes contra algún compañero. Estas agresiones pueden ser psicológicas (burlas, amenazas, insultos, humillaciones…) o físicas (golpes, romper material escolar o la ropa e incluso abusos sexuales).
Esta violencia puede ser realizada dentro de la escuela, fuera o por redes sociales.
Normalmente un niño que sufre bullying tiende a desarrollar un rechazo a ir al colegio, frecuentemente simula enfermedades para ausentarse de ir a clase, se vuelve más retraído y distante, cada vez tiene menos amigos, o a los que tiene cada vez los ve menos, se le ve más irritado, llora con facilidad y suele obtener peores notas en el colegio.
Muchas veces cuando un niño comienza el colegio tiene que adaptarse a nuevas reglas, nuevas obligaciones y nuevos roles. Aunque esto también lo vive el resto de niños de la clase, no todos están preparados para adaptarse a esa nueva situación, comportándose de manera algo diferente a la del resto de compañeros. En ocasiones esto deriva en que al tener ciertos problemas de adaptación los demás niños tienden de una forma u otra a señalarle haciendo burlas y demás. Esto mismo puede ocurrir con los niños que llegan a un colegio nuevo donde no conocen a los compañeros, especialmente si la incorporación a la clase se produce a mitad de curso. Es por ello que los problemas de adaptación podrían derivar en algún tipo de acoso escolar.
La víctima puede sufrir diversas consecuencias, como pueden ser: miedo a ir a la escuela y a sus compañeros, ansiedad, depresión, rendir menos en clase, pérdida de sueño o apetito, dificultad para concentrarse, fobia al colegio, diferentes lesiones físicas, estrés, comportamiento regresivo (conductas propias de niños más pequeños), mala autoestima y problemas psicosomáticos (como dolor de tripa o cabeza, mareos, sudoración excesiva…).
Todo esto puede derivar, en casos extremos, a intentos de suicidio.
Puesto que una de las consecuencias directas del bullying es la ansiedad, debemos enseñarle al niño a reducirla mediante la respiración abdominal o la relajación muscular. Por otro lado la autoestima se ve muy mermada, por lo que se realizará una reestructuración cognitiva con el fin hacerle ver al niño que es una persona totalmente válida con derecho a ser feliz y a ser querido. Además de lo anterior otra dificultad que suelen tener las víctimas de acoso escolar es a la hora de resolver problemas y tomar decisiones adecuadas.
Para ello realizaremos un entrenamiento en resolución de problemas y en autoinstrucciones. Finalmente el aislamiento que sufren estos niños (ya sea impuesto por los demás o autoimpuesto como medida de defensa) suele ocasionar dificultades sociales que les complica mucho el relacionarse con los demás. Es por ello que también será necesario trabajar las habilidades sociales, lo cual les permitirá ganar amigos, seguridad en sí mismos y una mejora notable de la autoestima.
Automated page speed optimizations for fast site performance